Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología.
El mundo de las drogas y las adicciones es tan amplio que podríamos detenernos en infinidad de aspectos diferentes. En ocasiones anteriores hemos abordado cómo se pasa de un consumo esporádico a un comportamiento adictivo, qué caracteriza a éste, los mecanismos cerebrales implicados, e incluso el estigma que rodea a toda esta problemática. Esta semana vamos a poner sobre la mesa otro fenómeno relacionado con el consumo de drogas presente en nuestra sociedad: el chemsex.
¿Qué es el Chemsex?
Aunque el consumo de drogas y el sexo se han asociado desde mucho tiempo atrás, el Chemsex es el término que surge de combinar “chemical” (químicos) y “sex” (sexo) y se refiere al uso intencionado de drogas para mantener relaciones sexuales, normalmente durante largos periodos de tiempo (horas o días) y con múltiples parejas. Fue acuñado por primera vez en la escena gay londinense y difundido rápidamente a muchas otras grandes ciudades.
Las personas más implicadas en este tipo de prácticas son los hombres que tienen sexo con otros hombres, aunque recientemente también se da entre personas con otras identidades y orientaciones sexuales, especialmente los seropositivos. Aquí aprovecho para hacer un pequeño paréntesis para aclarar que, con esto, no quiero decir que todos los hombres que tienen sexo con hombres o todos los seropositivos practican el chemsex.
Además, es muy frecuente el uso de aplicaciones para tener sexo con otras personas ya que lo que se pretende conseguir es el aumento del número de parejas sexuales. Este tipo de encuentros sexuales ocurren en fiestas privadas en pisos de alguno de los participantes, los comúnmente llamados "chills".
¿Cuáles son las drogas más consumidas y qué efectos producen?
En España, las drogas más utilizadas principalmente para esta práctica son drogas psicoactivas y potenciadoras del sexo como el GHB, la mefedrona y la metanfetamina (conocida como tina), por lo general, acompañadas de alcohol. También se consumen otras sustancias como el popper, la ketamina, la cocaína y el éxtasis/MDMA, así como fármacos para favorecer la erección.
Entre los efectos buscados de estas sustancias se encuentran:
Intensificación sensorial y del placer.
Aumento del deseo y la excitación sexual.
Aumento de la duración de las sesiones sexuales.
Efecto desinhibidor que facilita expresarse de manera más abierta y aumentar la confianza. Abro un pequeño paréntesis para añadir que el GHB primero tiene un efecto desinhibidor y después un efecto sedante, por este último efecto es una de las sustancias más utilizadas en las agresiones sexuales.
Efecto anestésico que favorece la realización de prácticas sexuales agresivas puesto que relaja el músculo liso y disminuye el umbral del dolor.
El policonsumo en las sesiones de chemsex es frecuente, lo que aumenta los riesgos asociados al uso de estas drogas, además de las posibles interacciones entre ellas.
¿Qué riesgos implica esta práctica?
Si todo lo que atañe a este fenómeno fuera solamente placer y disfrute, no existirían las numerosas preocupaciones de las que ha ido acompañado. Y es que practicar el chemsex conlleva una serie de riesgos y consecuencias que debemos conocer y tener en cuenta antes de adentrarnos en ello:
- El hecho de consumir drogas, independientemente del contexto en el que se haga, conlleva una serie de efectos no deseados, entre los que se encuentran, por ejemplo: sudoraciones, temblores, aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, amnesia, convulsiones o delirios.
- Asimismo, el consumo de drogas conlleva una serie de consecuencias devastadoras en las diferentes esferas de la vida de la persona consumidora (física, mental, laboral, social…).
- Ligado al punto anterior, todas las sustancias tienen un potencial adictivo y, en el mundo de las drogas, el “yo controlo” no funciona. Existe riesgo de desarrollar un trastorno adictivo.
- Existe riesgo de sobredosis, ya que, con algunas sustancias, es muy delgada la línea entre la cantidad que “te coloca” y la que te hace caer “en coma”. Y, por ende, riesgo de muerte.
- Combinar sustancias de distintos tipos puede hacer que se contrarresten los efectos entre ellas y puede enmascarar intoxicaciones y efectos no deseados.
- Aumentan los comportamientos sexuales de alto riesgo (p. ej.: menor uso de protección en las relaciones sexuales, prácticas más agresivas produciendo lesiones, compartir los medios por los que se consumen las drogas -jeringuillas, canutos-), lo que implica un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual u otras enfermedades infecciosas.
- Si una persona ha estado practicando el chemsex durante mucho tiempo, la idea de tener sexo sin drogas puede resultarle aburrida, con falta de interés o desafiante. Es posible que se pregunte ¿conseguiré una erección?, ¿lo disfrutaré? ¿podré satisfacer a mi pareja sexual? y un largo etcétera.
¿Puede ser considerado chemsex cualquier consumo de drogas en contextos sexuales?
No. El chemsex hace referencia a un tipo de consumo de drogas concreto y un patrón de comportamiento sexual concreto.
Existen otros tipos de consumos de drogas en contextos sexuales como, por ejemplo, el de la prostitución. Por lo general, los consumos de estas mujeres tienen una función instrumental, es decir, son un medio para facilitar la interacción con los clientes, para evadirse de la actividad que están realizando y olvidar el estigma que recae sobre ellas. Por tanto, se trata de un uso ritualizado y circunscrito a la actividad de la prostitución. Y como es de esperar, los clientes, de los cuales el mayor porcentaje es ocupado por hombres heterosexuales, también son principales consumidores.
Sin embargo, en estos casos, las sustancias de elección, las vías por las que se consumen, la duración de la actividad, el número de parejas sexuales, etc. son diferentes a lo que atañe al mundo del chemsex.
He decidido dedicar este espacio a hacer una breve radiografía de este fenómeno para dar a conocer algo que está pasando en nuestra sociedad, pero que para la mayoría de la población permanece oculto. A pesar de esto, es importante tomar conciencia de lo que implica y, como sociedad, invertir esfuerzos en dos direcciones. Por un lado, crear proyectos que incluyan acciones encaminadas a mitigar o limitar el impacto de las consecuencias en aquellos individuos que ya están dentro de esta práctica. Y, por otro, poner el foco en la base de esto, es decir, en la educación desde edades tempranas, tanto del consumo de drogas como de las relaciones sexuales. Proporcionar la información para sembrar la semilla del desarrollo de una visión crítica con la que tomar decisiones saludables.
Jessica Esteban Arenas, psicóloga de PSICARA
Referencias bibliográficas:
McCall, H., Adams, N., Mason, D., & Willis, J. (2015). What is chemsex and why does it matter? British Medical Journal, 351.
Dolengevich-Segal, H., Rodríguez-Salgado, B., Ballesteros-López, J., & Molina-Prado, R. (2017). Chemsex. An emergent phenomenon. Adicciones, 29(3), 207-210.
Giorgetti, R., Tagliabracci, A., Schifano, F., Zaami, S., Marinelli, E., & Busardò, F. P. (2017). When “chems” meet sex: a rising phenomenon called “chemsex”. Current Neuropharmacology, 15(5), 762-770.
Soriano, R., Belza, M. J., Curto, J., & Dolengevich, H. (2020). Documento técnico: abordaje de la salud mental del usuario con prácticas de Chemsex. Un material de apoyo para la formación de los profesionales de la salud mental. https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/chemSex/docs/Abordaje_salud_mental_chemsex.pdf
Servicio PAD, Servicio de Prevención y Tratamiento de las Adicciones de Madrid (s.f.). ¿Qué es el Chemsex? Práctica, consecuencias y tratamiento. https://serviciopad.es/que-es-el-chemsex-practica-consecuencias-y-tratamiento/
Otra página de interés: https://chemsex.info/