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EL "EFECTO DUNNING-KRUGER" O "EFECTO CUÑADO": CUANDO CREES SABER MÁS DE LO QUE REALMENTE SABES

Foto del escritor: PSICARAPSICARA

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. ¿Alguna vez has sentido que una persona que apenas tenía conocimientos sobre un tema hablaba de ello como si de un experto en la materia se tratase? Pues déjame decirte que hay una explicación psicológica detrás de este fenómeno. Hoy hablaremos del “efecto Dunning-Kruger”, o si le ponemos la nota de humor, del “efecto cuñado”. 


Ya han pasado unos días desde que los Reyes Magos dejaron sus regalos bajo el árbol, poniendo punto y final a las Navidades. Unas fechas en las que los encuentros familiares pueden ser más frecuentes. Encuentros que dan pie a muchas conversaciones en las que no puede faltar “el típico cuñado de turno” que parece ser experto en todo lo que se habla. Paco es astrónomo, médico, entrenador de fútbol (y de cualquier deporte), periodista, político, ingeniero, arqueólogo, ornitólogo, vulcanólogo e incluso psicólogo. Es de todo lo que acabe por -ólogo. Estás en la comida de Navidad hablando de tu trabajo, y mientras comentas algo que dominas perfectamente, Paco te lo rebate como si el experto fuera él. Y si además eres mujer, aún es más fácil que se extienda en su explicación y ponga en duda tus conocimientos, dando lugar a un fenómeno conocido como mansplaining. Es una lástima que Paco no sea entrenador del Real Madrid, porque haría que jugase su mejor fútbol y habrían ganado un par de Champions más, o que no sea presidente del Gobierno, porque él acabaría con el paro, con el problema de acceso la vivienda e incluso con el cambio climático, porque según él, eso no existe. Y aunque para este ejemplo es obvio que estamos utilizando una visión estereotipada de los “cuñados”, es probable que acabemos en conversaciones con personas que creen saber más de lo que realmente saben. Todos tenemos “cuñados”, y es fácil que en algún momento todos seamos “cuñados” de alguien.


Esto se conoce como sesgo de superioridad ilusoria o efecto Dunning-Kruger, en honor a los psicólogos que lo describieron en la década de los 90, David Dunning y Justin Kruger. Se trata de un sesgo cognitivo, que describe cómo las personas con bajos niveles de habilidad o conocimiento en un área tienden a sobreestimar sus capacidades. Para investigarlo, seleccionaron a un grupo de participantes y los evaluaron en diferentes áreas como gramática, razonamiento lógico y sentido del humor, y luego se les pidió que evaluaran su desempeño en comparación con los demás participantes. Y obtuvieron los siguientes resultados:


  • Sobreestimación en los menos competentes: Las personas con puntuaciones más bajas tendían a sobreestimar significativamente sus habilidades.

  • Subestimación en los más competentes: Los participantes con resultados más altos, subestimaban su propio desempeño. Parecían asumir que, debido a que algo les resultaba sencillo, también debía ser fácil para el resto.


La esencia de este fenómeno radica en la desconexión entre la competencia real y la autopercepción. Las personas menos competentes no solo cometen más errores, sino que también tienen más dificultad a la hora de reconocer esos errores debido a su falta de conocimiento. Esto está vinculado, por un lado, a nuestra tendencia a pensar que somos mejores que los demás y, por otro lado, a nuestra capacidad cognitiva, debido a que las personas no saben lo suficiente como para darse cuenta de que no saben, lo que les lleva a pensar que son más competentes de lo que realmente son. De hecho, cuánto más sabes de un tema, se da lo que se conoce como la paradoja del conocimiento. Cuando más sabes sobre algo, más te das cuenta de lo que te falta por saber. Por lo que, cuanto menos sabes de algo, menos sabes todo lo que te falta por saber. Es decir, la propia incompetencia te impide darte cuenta de lo incompetente que eres.


De hecho la curva de la confianza – conocimiento se podría entender de la siguiente manera: cuando empiezas a tener conocimiento en una materia, tu confianza en ti mismo puede aumentar hasta su punto más alto. Sin embargo, en cuanto empiezas a saber más sobre ese tema o a ser más competente, tu nivel de confianza baja enormemente porque te das cuenta de que te falta mucho por aprender, y como diría Sócrates: “solo sé que no sé nada”. A partir de ahí, progresivamente van aumentando tanto tus conocimientos como tu confianza, pero quizás esta última nunca llegará a ser tan alta como cuando apenas sabías nada sobre ese tema. ¿Curioso verdad?




El problema del efecto Dunning-Kruger es que puede tener algunas implicaciones a nivel social. Por ejemplo, puede contribuir a la desinformación y a la polarización, ya que puede haber personas que, confiando excesivamente en su conocimiento limitado, difundan ideas erróneas con una seguridad que puede llegar a convencer a otros, perpetuando mitos y malentendidos. Esto es lo que ha ocurrido tradicionalmente en fenómenos como el de la conducta suicida, en el que hay muchos mitos, los cuáles abordamos en el artículo “Los mitos más extendidos de la conducta suicida: conocer para poder actuar”. Y aunque tú seas un psicólogo que trabaja en ese ámbito, es fácil que venga el cuñado de turno para decirte que si una persona dice que tiene pensamientos de suicidio, es porque solo quiere llamar la atención y no lo va a hacer, porque quien se quiere suicidar, no lo dice y lo va a hacer igual, hagas lo que hagas. Y el cuñado lo manifiesta con una rotundidad propia del mayor experto en prevención de la conducta suicida, lo cuál hace que mitos como este se perpetúen en el tiempo. Al fin y al cabo, cuando una mentira se repite muchas veces, es fácil que te la acabes creyendo, como por ejemplo, el mito de que la Muralla China se puede ver desde el espacio. Sobre todo si esas explicaciones que nos dan, concuerdan con la visión previa que ya teníamos. En el ámbito de la salud, puede llevar a personas a recomendar ciertas prácticas que no son aconsejables. De hecho, en la actualidad es fácil ver a muchos “pseudoprofesionales” de la salud mental, que se denominan a sí mismos “coach” o “terapeutas” y que basan su trabajo en lo aprendido en unos cursillos o en su experiencia personal, lo que puede poner en riesgo la salud de las personas con las que trabajan.


Todos somos susceptibles de caer en el efecto Dunning-Kruger, básicamente porque somos humanos. Cuestionarnos nuestras propias opiniones, no asumirlas como verdades absolutas e intentar profundizar en los temas que pensamos que dominamos, nos ayudará a darnos cuenta de nuestras propias limitaciones y a no ser víctimas de este fenómeno. Porque como diría Charles Darwin “la ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento”.



Javier Ibáñez Vidal, psicólogo de PSICARA.


Bibliografía


Dunning, D. (2011). The Dunning–Kruger effect: On being ignorant of one's own ignorance. In Advances in experimental social psychology (Vol. 44, pp. 247-296). Academic Press.

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