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EYACULACIÓN FEMENINA - ¿MITO O REALIDAD?

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Esta semana hablaremos de la eyaculación femenina, ¿solo algunas mujeres lo pueden conseguir?, ¿es el mismo tipo de eyaculación que la que expulsan los hombres?


Desde PSICARA creemos en una divulgación fundamentada en la ciencia y para ello hoy traemos el siguiente artículo basado en el estudio de Cabello en la revista Salud Sexual con el que poder transmitir los descubrimientos de la sexología a la población general.


En la calle la opinión sobre la eyaculación femenina ha estado dividida entre aquellas mujeres que no creen que exista, definida como la propulsión de un fluido durante el orgasmo o una mayor sensación de humedad genital que llega a chorrear durante el clímax, las que consideran que pierden orina cuando notan el líquido en el momento del orgasmo y quienes piensan que la eyaculación femenina es un fenómeno habitual y natural.


En la ciencia, las investigaciones también se han visto enfrentadas en la naturaleza de este fenómeno; gracias a muchos estudios realizados durante el siglo XX se han encontrado diferencias en la emisión de líquido entre lesbianas y heterosexuales, en la facilidad para alcanzar el orgasmo o incluso, en la relación entre expulsión de fluido y fuerza de la musculatura pélvica y, muy especialmente, en la composición bioquímica del fluido.


La posible estructura anatómica de la supuesta eyaculación sería la siguiente: alrededor de la uretra se disponen abundantes glándulas uretrales y parauretrales a las que denominan en su conjunto “próstata femenina”.


Así mismo, Cabello afirma estar totalmente seguro, por la experiencia empírica, de la existencia de mujeres que emiten una cierta cantidad de fluido en el momento del orgasmo (en su investigación anterior la cantidad osciló de 0 a 16 ml, pero recientemente han recogido hasta 30 ml). No obstante, los estudiosos de este fenómeno, denominado habitualmente “eyaculación femenina”, parecen estar de acuerdo en que solamente un número limitado de mujeres poseen la capacidad de eyacular.


Puesto que en general, todas las mujeres poseen “próstata femenina”, la hipótesis conceptual radica en la idea de que las mujeres capaces de tener un orgasmo eyaculan, existiendo variaciones en la cantidad del líquido emitido y/o posiblemente en la dirección de la emisión. Es decir, se cree muy posible que aquellas que no perciben ningún tipo de eyección de fluido en el orgasmo, sea a causa de que el producto de su “próstata” sea muy escaso o porque el líquido se dirija retrógradamente hacia la vejiga tal como ocurre en la eyaculación retrógrada de algunos varones.


Para comprobarlo, Cabello comprobó en la orina pre y postorgásmica la presencia de habituales marcadores del líquido seminal masculino: antígeno prostático específico (PSA), ácido cítrico y fructosa, con la finalidad de encontrar las posibles diferencias producidas por el aporte a la orina postorgásmica de elementos elaborados en las glándulas uretrales, parauretrales y conductos de Skene, conjunto glandular denominado “próstata femenina”.


Con los datos obtenidos se confirmó la hipótesis de que al menos la mayoría de las mujeres (75%) aportan durante el orgasmo cierta cantidad de PSA que no puede proceder más que de las glándulas uretrales, parauretrales y de Skene (próstata femenina).


Parece demostrar por tanto, que durante el acontecimiento orgásmico, la denominada próstata femenina no es ajena al evento, emitiendo mayor o menor cantidad de líquido glandular, lo cual supone que gran parte de las mujeres emiten algún fluido a la luz uretral.


Como idea clave, se hace énfasis en que algunas mujeres detectan el mencionado fluido en el momento orgásmico y otras no, y esto dependerá de la cantidad del mismo o la dirección de eyección, pero de cualquier forma es detectable en la orina postorgásmica.


Partiendo de estos datos, concluyen que todas o casi todas las mujeres “eyaculan” durante la experiencia orgásmica variando la percepción subjetiva de la emisión y la cantidad de la misma.


Está claro que la sexualidad de las personas con aparato sexual femenino ha sido todo un tabú durante años, incluido en la investigación, por lo que la existencia de estos estudios son de gran ayuda para muchas mujeres para su goce y naturalización de las reacciones de sus genitales durante las prácticas sexuales. Asimismo, estos trabajos son todo un avance en la equidad en la brecha de género en las investigaciones sobre sexualidad humana, ya que durante muchos años solo se ha estudiado la sexualidad del aparato sexual masculino. ¡Sigamos investigando sobre sexualidad y promoviendo una salud sexual de calidad!



Rubén Somalo Toyas, psicólogo de PSICARA

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