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LA IMPORTANCIA DE DES(CONECTAR)

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Hoy vamos a hablar sobre lo importante que es descansar, desconectar y reconectar con uno o una misma.


En nuestro día a día tiene lugar una vorágine de responsabilidades que nos atrapa, un círculo del que, a veces, resulta complicado salir. Por eso, el verano es una época muy esperada para muchas personas, porque suele ir de la mano de las vacaciones, de las que gran parte de la población puede disfrutar. Y no hablo solamente de tomarnos unas vacaciones en el sentido de viajar lejos como por ejemplo a las Maldivas, hablo de tener tiempo para descansar, para parar.


Porque, ¿cuánto de nuestro tiempo lo dedicamos a descansar? Si la respuesta es poco, puede que al final del día uno eche la culpa a los malabares que a menudo se hacen para compaginar la agenda profesional con lo personal. También puede que nunca nos hubiésemos planteado esta pregunta, que no nos hayamos parado a reflexionar sobre cómo encontrar un equilibrio entre el tiempo que le dedicamos al trabajo o estudio y el tiempo libre del que disponemos.


No desconectar del trabajo o estudio puede conllevar ciertas repercusiones que no sólo afectan a nivel laboral, asociándose con una menor productividad y menor creatividad e ilusión por el trabajo; sino también a nivel personal, con efectos sobre nuestra salud: insomnio, afectación del sistema inmune, depresión, ansiedad, estrés, irritabilidad, pudiendo a su vez influir en otras áreas de nuestra vida como la social.


Pero entonces, ¿cuáles son los beneficios de desconectar? La importancia de descansar está directamente relacionada con el bienestar físico, (debido a que mejora nuestro sistema inmune); psíquico y emocional, (ya que se reduce el estrés y mejora la concentración); y espiritual de la persona. Recargar pilas puede ayudarnos a volver a nuestros quehaceres de forma más productiva, creativa y eficiente. A su vez, alejarnos de la rutina puede hacernos tomar perspectiva de los problemas que quizás nos acompañan en la misma.


A pesar de que sabemos que el descanso es necesario, nos cuesta pasar de la teoría a la práctica. Entonces, quiero preguntarte: ¿qué te gusta hacer en vacaciones o en tus ratos de descanso? Irse a una isla paradisíaca puede estar bien para romper con la rutina, pero podemos buscar más opciones. Puede ser leer por la mañana, tomarse un café, ir a pasear, dormir hasta tarde, meditar, charlar o ir a cenar con familia, pareja o amigos, disfrutar del cine o viajar, aunque sea al pueblo de al lado (¿recuerdas esos pequeños placeres de los que hablamos hace unas semanas?).


Es importante tener en cuenta que desconectar no significa lo mismo para todas las personas. Mientras que a algunas les gusta pasar tiempo en la playa, otras prefieren realizar alguna actividad de riesgo como saltar en paracaídas. ¿Qué podemos sacar de esto? Escúchate y decide qué te apetece y qué necesitas tú. No te juzgues si tu plan perfecto no es hacer lo que el resto de personas hacen, ni si los planes que habías preparado no salen como esperabas. También podemos no hacer nada, es igual de válido y puede aportar los mismos beneficios tirarnos en el sofá a echarnos una maravillosa siesta.


A menudo nos encontramos con personas que se sienten culpables cuando desconectan, por no estar en ese momento pendientes de las obligaciones o por no estar avanzando en esa enorme lista de tareas por hacer, como puede ocurrir con el trabajo. Esto se relaciona con la idea extendida de que trabajar sin descanso es la única manera de lograr el éxito. Pero en este círculo de trabajo y responsabilidad también cabe el descanso, porque tan importante es cumplir con las obligaciones como cuidarnos y darnos "mimos". Las vacaciones no son un capricho, sino una necesidad para nuestra salud física y mental. Esto no quiere decir que tengamos que dejar de lado nuestras responsabilidades, sino que podemos permitirnos dejar las responsabilidades a un lado durante un rato, permitirnos tomar un descanso.


¿Y qué pasa si a veces nos encontramos en momentos en los que no estamos ni 100% enfocados al trabajo ni 100% en el disfrute? La “solución” puede pasar por delimitar qué periodos son de trabajo y cuáles de desconexión, enfocándonos y centrándonos en el que toque en ese momento.


Además de todo esto, las vacaciones o descansos pueden convertirse en un momento idóneo para reflexionar sobre nosotros mismos, para descubrir o redescubrir cosas que nos gusta hacer, para reencontrarnos y para establecer nuevas metas y objetivos a alcanzar. Para hacer cosas que te llenen y que en tu día a día no realizas por falta de tiempo.


Lo comentado anteriormente es aplicable a todos los días del año, a nuestro día a día y no solamente a las vacaciones de verano. Por el momento, disfruta de tu tiempo libre, hagas lo que hagas y no te olvides de reconectar, contigo misma y con tu alrededor. Y recuerda, invertir en descanso, es invertir en ti.


Antes de terminar, me gustaría preguntarte: ¿qué vas a hacer? ¿qué puedes hacer en tus momentos de descanso que te ayude a conectar contigo?



Yaiza Senar Gutiérrez, Psicóloga de PSICARA

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