Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología.
En este artículo quiero recoger cómo es la relación que cada uno de nosotros tenemos con nosotros mismos. La motivación para escribir sobre este tema surge a raíz de una reflexión que hice sobre una metáfora. Esta dice así:
“Cuando una persona tiene calor, despliega una serie de estrategias que le ayudan a recuperar equilibrio en su temperatura corporal, por ejemplo, se quita la chaqueta, se abanica, pone el aire acondicionado o se da un chapuzón para refrescarse. Asimismo, cuando lo que tiene es frío, busca rápidamente un abrigo que ponerse, se abrocha la cremallera hasta arriba y esconde boca y nariz en el cobijo de la bufanda, se acerca a un radiador o frota sus manos con la intención de aumentar su temperatura corporal. Es decir, usamos herramientas en busca de la temperatura más equilibrada, buscamos la homeostasis del cuerpo. Como si de un velocímetro se tratara, buscamos mover la aguja hacia un punto medio”.
¿Qué ocurre cuando pasamos de buscar equilibrio en la temperatura corporal a buscarlo en nuestro estado de ánimo? Es decir, lo que hacemos cuando nos “encontramos mal”, ¿nos ayuda a sentirnos mejor?
Cuidado emocional
Me gustaría hacer un ejercicio contigo, lector. Querría invitarte a reflexionar en los próximos minutos. No te preocupes si es difícil para ti o no te sientes cómodo haciéndolo, solamente es una propuesta, puedes no hacerlo.
En primer lugar, te animo a recordar un momento desagradable, pero que no sea excesivamente doloroso. Quizá una ruptura que has conseguido gestionar, un examen frustrado o una discusión con alguien importante. Cuando lo tengas, continúa leyendo.
Visualizándote en ese momento, ¿puedes recordar las emociones que sentías? Si te apetece, escríbelas: _________________________________________________________________________.
¿Puedes recordar qué sensaciones notabas en el cuerpo? Hay personas que notan un nudo en la boca del estómago. Escribe las tuyas: ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________.
Y, por último, me gustaría saber, en ese escenario, ¿qué hiciste? _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________.
Lo que cada persona hace cuando experimenta una emoción desagradable no siempre resuelve el problema que le atormenta. A veces, vivimos situaciones que no tienen una solución obvia y sencilla, por lo que, independientemente de lo que hagamos, el problema puede permanecer. En cambio, hay algo que sí que se transforma con nuestra manera de actuar: la relación con nosotros mismos. ¿Cómo? Desarrollemos esta idea.
Tenemos que tener presente que la adversidad es una parte inherente a la vida. En algún momento, todos atravesamos situaciones dolorosas que nos ponen a prueba y en las que tenemos que desplegar nuestros recursos para salir adelante.
Si en estos momentos de dureza emocional la manera que tengo de tratarme a mí misma me ayuda a encontrar pequeños momentos de cuidado, descansando y alimentándome bien; y comprensión, permitiéndome reducir la carga de trabajo, buscando apoyo en personas cercanas o delegando responsabilidades de las que ahora no me puedo encargar; me estaré ayudando.
Por el contrario, si lo que hago es autocastigarme, física o psicológicamente; descuidar mis necesidades básicas, como el descanso y la alimentación; o aislarme, de tal manera que nadie pueda ofrecerme su ayuda; me estaré dañando.
El mensaje que me doy a mí misma, en la primera situación sería algo así: “Eres importante. Precisamente, ahora que no es un buen momento, me tienes contigo. Cuídate”.
El mensaje que me transmito en la segunda, sería diferente: “No mereces quejarte y menos pensar en ti. Te cargo más. ¡Deberías esforzarte!”.
La psiquiatra y escritora Anabel González refleja muy bien este concepto en su libro, ella lo llama “Me ayudo con lo que siento” y dice: “Debemos ayudarnos con lo que sentimos, cuidar de nuestras emociones, decirnos lo que nos ayuda, buscar lo que nos regula, acercarnos a lo que nos aporta”.
Una buena frase concluyente que recoge esta idea sería: “Cuanto peor, mejor”. Cuanto peor me siento, debería tratarme de la mejor manera posible, tratando de conseguir un balance en mi “velocímetro” emocional.
Autocuidado
Debemos desmitificar la idea que tienen algunas personas de que el autocuidado se limita a darse caprichos materiales o físicos, como darse un baño de espuma o comprar una prenda de ropa. Que, evidentemente, son dos maneras muy válidas de autocuidado, pero quizá haya un nivel más profundo que también es necesario explorar. Para ello, he hecho una selección de algunas opciones que nos pueden ayudar a conseguir un buen autocuidado personal:
Cómo reacciono ante los halagos de los demás.
Si cuando mi entorno me felicita por un logro conseguido o me señala una cualidad positiva (“qué bien se te da esto” o “te favorece la camisa que llevas”) y mi reacción es minimizar o negar esos comentarios, no estaré permitiendo ese reconocimiento. Es importante que aprendamos a tolerar los aspectos positivos que nos reflejan los demás.
Pedir ayuda cuando la necesito.
Si pese a sentirme saturada no me permito pedir ayuda a mi entorno, no estaré haciendo uso de una herramienta fundamental: los demás.
Atender mis propias necesidades. Tenerme en cuenta.
¿Logro identificar qué necesito en cada momento? En el caso de que sí, ¿respeto esas necesidades? ¿les doy un espacio? ¿o en su lugar priorizo constantemente lo que otros necesitan? Es importante el lugar que ocupamos dentro de nuestras prioridades.
La forma de hablarme cuando cometo un error.
Reconocer que somos imperfectos, que fracasamos y conseguir mantener una actitud amable ante nosotros es crucial. Esta amabilidad para con uno significa que las propias limitaciones son tratadas de manera comprensiva. Cuidemos nuestro diálogo interno.
Algunas cantantes, como Rozalen, con su canción “Que no, que no” y Miley Cyrus, con su éxito “Flowers”, dejan un hueco en sus letras para el autocuidado y el amor propio. La primera dice:
“Y si no me sale del corazón
Voy a aprender a decir que no
Quien bien me quiere lo va a comprender
Yo no nací solo pa complacer”.
Berta Maté Calvo, psicóloga de PSICARA
Referencias bibliográficas:
Roca, E. (2013). Autoestima sana. Una visión actual, basada en la investigación. ACDE
Gonzalez, A. (2021). Lo bueno de tener un mal día: Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Ediciones Culturales Paidos S. A. De C. V.
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