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¿QUÉ HAY DETRÁS DEL CONSUMO DEL CANNABIS?

Bienvenidos al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, los psicólogos y psicólogas de PSICARA (Psicología Aragonesa en Acción) abordamos curiosidades relacionadas con la psicología, y donde hoy hablaremos de aspectos relacionados con el consumo del cannabis.


A pesar de la inmensa información a la que se puede acceder en la actualidad acerca de las consecuencias que van de la mano del consumo de cannabis nos encontramos con que, a día de hoy, es la droga ilegal más consumida en nuestro país.


Muchos son los efectos adversos que conlleva el consumo de esta sustancia tales como letargo, anhedonia, problemas de atención y memoria, contribución al síndrome amotivacional, predisposición al consumo de otras drogas, etc. Pero, ¿por qué a pesar de las consecuencias de las que nos advierten los expertos las personas siguen consumiendo cannabis?


Como podemos comprobar, la información que nos muestran los profesionales no es suficiente para reducir las tasas de consumo de cannabis todo lo que nos gustaría. Para poder responder a esta pregunta y entender la problemática que hoy nos concierne lo analizaremos desde los ojos del consumidor, el verdadero protagonista de esta historia.


Uno de los factores que contribuyen al consumo de cannabis lo podemos encontrar en las propias consecuencias que provoca el consumo de esta droga, pero no las que acabamos de mencionar, sino las consecuencias a corto plazo.


Gran parte de las conductas que realiza el ser humano están determinadas por los resultados que se han obtenido de ellas en anteriores ocasiones. Es decir, si una persona que se encuentra en un estado de malestar emocional decide consumir cannabis e inmediatamente este le produce una sensación de bienestar, relajación, euforia o aumento de la activación sexual entre otros, es más probable que cuando se vuelva a encontrar en un estado similar realice la misma conducta ya que le ha traído consigo consecuencias “positivas” y, además, le ha apartado temporalmente de ese malestar emocional que traía consigo. ¿Lógico no? Al fin y al cabo, ¿qué persona no seguiría haciendo algo que le ha traído cosas placenteras?


Pero aquí nos encontramos con los primeros problemas del consumo:

1. Estas solo las encontraremos al principio del consumo (o ni eso) y de forma muy breve.

El placer que se puede experimentar en ocasiones tras consumir cannabis no es permanente, a medida que el grado de adicción aumente, la persona acabará consumiendo simplemente para aliviar los síntomas de malestar que le causa la abstinencia de esta sustancia.

2. No solo trae consecuencias a corto plazo.

Uno de los mayores problemas en las personas que consumen cannabis se basa en la falta de consciencia de las consecuencias negativas que vendrán a largo plazo.

El elevado potencial del efecto de las consecuencias inmediatas en el ser humano le hace dejar de lado e ignorar (o tener la falsa creencia de que eso no le ocurrirá a él) los resultados que vendrán después. Y estos efectos, son los realmente peligrosos del consumo del cannabis.


Entre muchas otras de las consecuencias que existen, hay que añadir la relación que puede tener este consumo con desencadenar un trastorno mental en la persona en función del grado de vulnerabilidad (determinada tanto por factores genéticos y fisiológicos, como ambientales y temperamentales).

No son pocos los casos de personas que el consumo de este tipo de sustancias les ha llevado a desarrollar una enfermedad de salud mental. La esquizofrenia, el trastorno depresivo mayor, cualquier trastorno de ansiedad, el trastorno bipolar I, los trastornos de personalidad antisocial, paranoide y obsesivo-compulsivo son bastante comunes entre las personas con un diagnóstico por consumo de cannabis.


Es evidente que no conocemos nuestro grado de vulnerabilidad a padecer dichos trastornos y precisamente por esta razón, deberíamos de andar precavidos ante tal peligro.


A este factor condicionante se suman muchos otros, entre ellos la normalización y disponibilidad percibida de esta sustancia. Como ya hemos comentado al principio del artículo, el cannabis es la droga ilegal que más se consume en nuestro país y la “puerta de entrada” a otras sustancias. Cuanto mayor grado de disponibilidad percibamos acerca de esta sustancia, menor será el riesgo percibido de la misma.


Pero esto no es todo, ¿qué hay de las creencias erróneas acerca del cannabis y los beneficios de su consumo?

Hay cantidad de mitos que vienen existiendo de mucho tiempo atrás y que conviene aclarar:

- “Fumar cannabis cura el cáncer y muchas otras enfermedades”

La realidad es completamente diferente. Algunos cannabinoides (sustancia química que se puede encontrar en la planta) pueden aliviar la espasticidad de la esclerosis múltiple, el dolor crónico, los vómitos y náuseas de la quimioterapia o radioterapia y la anorexia en personas que tienen SIDA, pero en NINGÚN caso son fumados NI CURAN.

- “No hay nada de malo en consumir cannabis, es un producto natural”

¿Acaso lo natural es siempre saludable? El veneno de la cobra es también un producto natural… Además, ¿la manera en que consumes la sustancia es natural?, ¿qué hay del humo que se produce al quemarse un porro y la cantidad de sustancias tóxicas que este tiene?

- “Me ayuda a concentrarme y relajarme”

El posible efecto de alivio que puedas notar al consumir THC, principal constituyente psicoactivo del cannabis, se debe a que es una sustancia depresora y este efecto se producirá a corto plazo. Si realmente quieres relajarte existen muchas técnicas eficaces para ello.

- “Ahora ya, es tarde para dejarlo, no merece la pena tanto esfuerzo”

Nunca es tarde para dejarlo y darte cuenta de los cambios positivos que puedes experimentar en cuanto a tu salud, bienestar físico y mental, economía y estética. Y si no lo crees, compruébalo tú mismo.



Cuidemos de nuestra salud, es nuestra mejor aliada para pasar el resto de nuestro días.



Beatriz Gonzalvo Iranzo

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