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¿QUÉ PUEDE APORTAR LA PSICOLOGÍA A LAS LESIONES EN EL DEPORTE?

Bienvenidos/as al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA (Psicología Aragonesa en Acción) abordamos temas y curiosidades relacionadas con la psicología. Esta semana vamos a hablar acerca del papel que desempeñan psicólogos y psicólogas en las lesiones deportivas.


En los últimos años, hemos vivido un aumento de la realización de prácticas deportivas por parte de la población. Parece ser que cada vez somos más conscientes de los beneficios que aporta el ejercicio físico a nuestra salud y es más común ver cómo se llenan las calles de gente haciendo deporte. Sin embargo, el aumento de la práctica deportiva también conlleva un aumento del número de lesiones.


El papel de un psicólogo deportivo en el tratamiento de las lesiones empieza mucho antes de que se produzca, es lo que denominamos prevención. La literatura científica nos dice que hay determinados factores psicológicos que hacen a las personas más vulnerables a sufrir una lesión, aunque el más importante es el estrés, que provoca una disminución de la atención y la concentración, lo que lleva a caídas y peor ejecución de ejercicios. Algunos ejemplos de otras vulnerabilidades son: la ansiedad competitiva, entendida como sentimientos de tensión y pensamientos negativos antes de la práctica deportiva o los déficits en autoconfianza, carencias en el grado de confianza que tienen las personas en realizar una buena ejecución deportiva.


Un psicólogo del deporte, por lo tanto, puede dotar al deportista de herramientas de regulación emocional que le permitan afrontar el estrés y la ansiedad, disminuyendo las probabilidades de lesión. La literatura científica recomienda que cualquier programa de prevención en lesiones deportivas esté enfocado en reducir el estrés.


A pesar de que la mayor parte del trabajo psicológico está enfocado en la prevención, no se puede evitar que ocurran lesiones. Es por ello por lo que cuando se producen, se ponen en marcha todos los profesionales que rodean al deportista para brindarle la mejor atención posible, incluyendo los psicólogos.


En primer lugar, hay que tener claro que no poseemos un estilo de afrontamiento común a las lesiones. Habrá algunas personas que puedan recuperarse sin ayuda psicológica, pero otras podrían necesitarla, en concreto, cuando surge el bloqueo psicológico. Y es que las lesiones, aparte de sus consecuencias físicas, también traen consigo consecuencias a nivel psicológico: ansiedad, miedo a la recaída, depresión o estrés. Todo ello resulta vital y va a influir notablemente en el proceso de recuperación. Además, dependiendo de cómo se afronte psicológicamente la lesión, se puede acortar el tiempo de recuperación. Un objetivo del psicólogo deportivo sería fomentar un estilo de afrontamiento sano para el deportista, evitando que este se convierta en un problema añadido.


La fase de recuperación es un periodo que vuelve a la persona más vulnerable al estrés. Algunas situaciones que pueden aumentarlo pueden ser: el proceso de rehabilitación en sí, la incapacidad física asociada a la lesión y que impide realizar ciertos aspectos de la vida cotidiana o la presión de volver cuanto antes a la actividad deportiva. Y esto es completamente normal, ya que muchas veces se nos olvida que los profesionales del deporte, antes que deportistas, son personas. Cuando se produce una lesión, suele ir asociada una pérdida de confianza y seguridad en sí mismo, es por eso por lo que un psicólogo deportivo debe de fomentarla, de tal manera que ayude al lesionado a recuperarse, a sentirse bien consigo mismo y prepararlo para la vuelta al deporte.


Tras la fase de recuperación y la vuelta al deporte, hay que evaluar cómo ha afectado a la persona el proceso de lesión, tanto de manera física como psicológica. Las consecuencias asociadas comúnmente tras la lesión están relacionadas con el estado de ánimo. Aspectos como un peor rendimiento tras el regreso a la actividad física, las prisas por volver a recuperar la forma o reajustar los calendarios frente a una competición importante, son algunas variables que influyen en el estado de ánimo, aumentando los niveles de ansiedad y estrés. Es por ello que un psicólogo deportivo sigue trabajando tras la recuperación, dando apoyo y acompañamiento en ese proceso de vuelta al deporte. Por último, cabe recalcar que el trabajo de un psicólogo no es suficiente para afrontar de manera óptima todo lo que conlleva la incapacidad para realizar deporte.. Al igual que en muchas otras disciplinas, un trabajo multidisciplinar con otros profesionales (médicos, fisioterapeutas, entrenadores, etc.), es la mejor manera de trabajar y la que mayor evidencia ha mostrado a nivel científico.


Como reflexión final, el hecho de lesionarse es una consecuencia probable en el mundo del deporte profesional y de élite, debido a las grandes cargas de actividad física durante largos periodos de tiempo y en el mundo del deporte “amateur”, principalmente, es debido a no utilizar el material de manera adecuada para la práctica deportiva o la mala ejecución de ejercicios. Una persona que ha pasado por una o varias lesiones no vuelve a ser la misma tras superarla. Aunque esta frase normalmente tiene un enfoque negativo, se puede ver desde un punto de vista diferente. Una lesión te aporta una oportunidad para aprender y para crecer como persona, y si estamos dispuestos a ello, podemos llegar a ser incluso mejores que antes.


Leonardo Cardona Osorio

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