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¡TOC TOC!

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Esta semana hablaremos sobre el TOC, seguro que te suenan estas siglas, pero ahora piensa, ¿qué es exactamente?, ¿tener una obsesión por limpiar?, ¿por ordenar?, ¿por ser perfeccionista?


Escuchamos muchas veces la palabra TOC, de hecho hay hasta una canción que quizá te esté viniendo a la mente “toc toc abre la puerta, toc toc saca tu loco a pasear…” Si, ¡has acertado! Es la canción principal de la película española tan exitosa compuesta por el artista Macaco. Sin embargo, ¿qué podemos decir de la frase “saca tu loco a pasear”?


Digamos que podría ser contraproducente hacer una película protagonizada por personas que padecen diferentes tipos de trastorno obsesivo compulsivo y usar la palabra “loco” en la banda sonora, puesto que a pesar de la buena intención de visibilizar el TOC ante la población, es un flaco favor asociar esta patología con este término tan estigmatizado.


Con el propósito de acercarnos un poquito más a la realidad del trastorno obsesivo compulsivo, es necesario definir qué es exactamente. Pues bien, un aspecto no tan conocido de este trastorno es que resulta imposible de definir sin hablar de las obsesiones y las compulsiones, ya que son las principales características que lo componen.


En primer lugar, las obsesiones se refieren a pensamientos, imágenes o impulsos que no son deseados y se experimentan como una intrusión a nuestro pensamiento rutinario. Pero, ¡alto ahí! Quizá estás pensando que todos y todas tenemos a veces pensamientos intrusivos como por ejemplo ver la mesa y querer ordenar todos los objetos a la perfección, o ir yendo al trabajo y que se te pase por la mente “¿habré cerrado bien la puerta de casa?”. En efecto, todas las personas tenemos pensamientos intrusivos, pero a veces, ante la presencia de creencias catastrofistas y un intento excesivo de controlar dichos pensamientos, éstos se convierten en obsesiones. Aquí es cuando puede convertirse en una dificultad para la vida diaria, y poniendo de ejemplo los casos anteriores, una persona que tenga obsesiones, es probable que tenga síntomas de angustia y temor cuando piense que no está bien ordenada la mesa o que se ha dejado la puerta abierta de casa.


En segundo lugar, las compulsiones son conductas (como el lavado o la comprobación) o actos mentales (por ejemplo, contar o repetir palabras) que se dan de forma repetitiva y el individuo realiza según unas reglas como respuesta, habitualmente, a una obsesión. El objetivo de dichas conductas es evitar o reducir la angustia o temor que le produce ese pensamiento obsesivo. De nuevo, retomando los casos anteriores, una persona con conductas compulsivas podría tratar de ordenar la mesa a la perfección siguiendo una misma secuencia siempre, pero en el caso de que por ejemplo un bolígrafo estuviera mal colocado o la secuencia no se hubiera seguido en el mismo orden, la persona tendría que empezar de cero a poner todos los objetos en la mesa otra vez. Y si se le pasara por la mente la idea de haberse dejado la puerta abierta, es

probable que no pueda continuar su camino hacia el trabajo, sino que tendría que volver a casa a comprobarlo, y en ocasiones, volvería más de una vez.


Los ejemplos mencionados anteriormente son solo dos de los múltiples tipos de obsesiones y compulsiones que pueden manifestarse en este trastorno: el de orden y el de verificación. Pero existen muchos más, algunos de los más comunes son la de contaminación, referida a esa excesiva preocupación por la suciedad, contaminación o contagio de enfermedades; el de acumulación o coleccionismo, consistente en un temor a tirar algo que puede ser importante en el futuro; el de repetición, donde la persona percibe que al repetir una serie de palabras determinadas veces evita que ocurra una catástrofe (por ejemplo: tocarse el brazo varias veces seguidas, santiguarse repetidamente, tocar con la mano derecha dos veces en la mesa y con la izquierda otras dos en el pecho etc.); otro tipo es el somático, ocasionado por un temor excesivo o irracional a tener una enfermedad.


A modo de conclusión, las personas que padecen un trastorno obsesivo-compulsivo experimentan su vida y rutina diaria interrumpida continuamente por esas compulsiones que tratan de aliviar el malestar producido por pensamientos obsesivos. Esta problemática puede llegar a influir en amplios aspectos de nuestra vida, entre ellos el proceso de enamoramiento, como ocurrió con el famoso caso que se hizo viral en redes de Neil Hilborn, un poeta y escritor estadounidense que trató de explicar cómo fue para él enamorarse:

Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de la horquilla de sus labios.

O la pestaña en su mejilla

La pestaña en su mejilla

La pestaña en su mejilla…

Sabía que debía hablar con ella

La invité a salir seis veces en treinta segundos.

Ella dijo que sí después de la tercera, pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo.

En nuestra primera cita, pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella.

Pero le encantó.

Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces o 24 si era miércoles.


Por último, y como broche final del presente artículo, si quieres ampliar tu información sobre el TOC, puedes apuntarte a las Jornadas online “TU A TOC” durante los días 27 y 28 de octubre o ver las ponencias de las y los expertos en nuestra página web tras la celebración de las jornadas.



Nuria Latorre Latorre

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