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NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER PASADO

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Esta semana vamos a tratar un tema que no podemos procrastinar más…


¿Cómo? ¿No sabéis qué es la procrastinación? Habrá que hablar del tema pensado en otro momento, hoy os vamos a explicar qué es procrastinar. La procrastinación puede entenderse como el retraso voluntario e irracional de tareas previstas, siempre y cuando haya suficiente tiempo para permitir el retraso y una intención de realizarla en el futuro. Si no hay intención de hacerla en algún momento ¡es evitar!


¿Quién no ha postergado para otro día ese informe o esos papeles que tanta “pereza” y “aburrimiento” nos producen? Es una realidad que algunas tareas son percibidas como desagradables y negativas, y más cuando el beneficio de realizarlas se obtiene a muy largo plazo. Estas son las dos características que las investigaciones asocian a la procrastinación: la aversión de la tarea y la distancia temporal de la recompensa.


En primer lugar, la aversión suele observarse en aquellas labores que nos producen sensaciones como frustración, aburrimiento o incluso resentimiento; y que, además, disminuyen nuestra autonomía en el sentido de tener que dejar de hacer otras cosas para realizar esa tarea. Seguramente a muchas de las personas que estáis leyendo esto se os haya pasado por la cabeza alguna actividad que os suele generar todas estas reacciones (por ejemplo, realizar trámites burocráticos o visitas que no deseamos hacer).


Simultáneamente, y en relación a las recompensas, cuando el beneficio se ubica después de un largo período de tiempo, este pierde su fuerza y no nos motiva. ¡Pero esto no pasa solo con las consecuencias agradables! Cuando el castigo ante no realizar una tarea es muy lejano en el tiempo, su función motivadora para hacer la actividad (evitar el castigo) también disminuye. Si no podemos ver las consecuencias de la decisión a corto plazo, sean agradables o desagradables, la tarea tiende a parecer menos prioritaria.


Un momento, ¿no estaréis pensando que la procrastinación solo depende de la tarea? ¡Nosotras y nosotros como personas humanas también tenemos lo nuestro! En cada individuo existen dos principales factores que influyen: el autocontrol y la impulsividad.


Algunas investigaciones definen el autocontrol como la inhibición de respuestas o la resistencia a la tentación, siempre retrasando la gratificación. Veámoslo con un ejemplo aplicado: si empiezas a redactar un informe y te surge la idea de ver una película, la persona con un buen autocontrol evitará la inercia de ir a ver la película, continuando así con el informe.


Por otra parte, la impulsividad se ha definido como la disminución del control inhibitorio, es decir, un antónimo del autocontrol; como la intolerancia a la espera de obtener recompensas o como la acción rápida sin prever consecuencias. Continuando con el ejemplo, una persona impulsiva se irá a ver la película directamente, sin valorar cómo puede afectar a la realización del informe y posiblemente no se plantearía preguntas cómo "¿llegaré a tiempo para entregarlo?" o "¿estará igual de bien hecho si no le dedico este tiempo?".


No obstante, hay que tener en cuenta que hay más factores implicados aparte de los que se han mencionado. Entre ellos, la presencia de opciones más atractivas frente a la tarea (por ejemplo, la película frente a la redacción del informe) o la fuente de imposición de la fecha (externa, por ejemplo, dada por un jefe, o auto-impuesta, que presentará más flexibilidad para cambiarla).


Conocemos los factores que influyen en la procrastinación, pero… ¿cuál es su causa? Un estudio reciente intenta dar respuesta a esta pregunta con el Modelo de Decisión Temporal. Este modelo plantea que, ante una tarea, a la gente le surge un dilema: postergar la tarea, siempre que se disponga de tiempo suficiente, para evitar la aversión o realizar la tarea para obtener la recompensa deseada. De esta forma entran en lucha la motivación por actuar y la motivación por evitar. La tendencia general ante este “conflicto” es realizar la tarea más tarde a menos que el resultado sea más importante para la persona que “el mal rato” de realizarla.


¿Confusos/as? Os planteamos un caso:

Teresa se encuentra realizando una carrera en la Universidad. El primer día de clase le informan que deberá entregar un trabajo como tarde al acabar el año académico (puede entregarse antes) y que este sustituye al examen. Tiene todo el curso por delante para gestionar su tiempo como considere conveniente. Una vez entregue el trabajo podrá “olvidarse” de la asignatura. Ahora se le plantea el dilema: ¿empiezo a buscar información o espero a más adelante?


¿Qué creéis que haría Teresa? Probablemente, aquellas personas que hayáis pensado “tiene todo el curso y es el primer día, seguro que espera” estaréis suponiendo que Teresa, en este momento, le está dando más importancia a evitar la situación desagradable de realizar un trabajo en vez de quitárselo lo antes posible. Por tanto, Teresa le estaría otorgando más importancia a la motivación por evitar el aburrimiento o la pereza que le supone buscar información frente a la motivación por actuar, y acabaría procrastinando.


Es posible que otras tantas personas hayáis pensado en el refrán “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, y asumáis que Teresa buscará información incluso ese mismo día.

En esta respuesta Teresa estaría priorizando la motivación por actuar para cerrar la asignatura lo antes posible frente a la motivación por evitar.


¿Quiere decir esto que procrastinar es algo malo o patológico? No. No hay ser humano que no haya procrastinado al menos una vez en su vida. Forma parte de nuestra forma de priorizar tareas y recursos, y de tomar decisiones. Pero nos vais a permitir que procrastinemos ese tema para otros artículos posteriores.



“La procrastinación es, manos abajo, nuestra forma favorita de auto-sabotaje”

Alyce P. Cornyn-Selby.



Alberto Gracia Agudo, psicólogo de PSICARA





Referencias


Zhang, S., Liu, P. y Feng, T. (2018). To do it now or later: The cognitive mechanisms and neural substrates underlying procrastination. WIREs Cogn Sci, e1492. https://doi.org/10.1002/wcs.1492

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